En el capítulo 37 de «El Dragón», Héctor comienza a sufrir las consecuencias de meterse con los grandes capos de la mafia y, en un descuido, Epígmenio logra capturarlo.
¿Qué nos pareció el Capítulo 37 de «El Dragón»?
Después de que en el capítulo 36 de «El Dragón», Miguel atrapó a Epigmenio como la rata que es, el samurái libera a su contrincante del encierro y comienzan una pelea.
¿No que era muy listo? Miguel, en lugar de acabar con Epigmenio, le ofrece una tregua y lo invita a su negocio. También, le pide que lo deje en paz y a su amigo Héctor. Epigmenio le pide tiempo para pensar y Miguel le da chance. Ojalá que Epigmenio quiera vengarse y acabe con Jimena.
Por su lado, Héctor y Ana adoptan nuevas identidades, pero no son cuidadosos con sus movimientos bancarios y Carlos los descubre y le da los datos a Epigmenio para que se encargue de él.
Mientras tanto, Kenia le confía a Pilar que ya quiere decirle la verdad a Jorge, pero ella no la deja. Por otro lado, Chisca sigue haciendo preguntas acerca de la droga y el Flaco la trata muy mal.
Resulta que es su cumpleaños y todos le organizan un festejo, pero como al Flaco no le gusta cumplir años, por eso está gruñón. En eso Víctor llega por Adela y el hacker lo invita a unirse a la celebración.
Chisca aprovecha que todos salen para tratar de entrar a la computadora de Miguel, pero Ishiro la descubre y se van juntos a la pizzería. Casualmente, Miguel llega y todo se vuelve muy incómodo para todos. «El Dragón» y Víctor se ponen a conversar casual y hasta parece que se caen bien.
Desafortunadamente, Héctor se confió y Tacho lo encontró. El maleante y los hombres de Epigmenio se lo llevan en una camioneta. Epigmenio se comporta despiadado y Tacho le pone una paliza al periodista.
Aquí está el resumen del Capítulo 37 de «El Dragón», por si no lo viste
¿Qué pasará en el Capítulo 38 de «El Dragón»?
Mientras Ishiro recibe instrucciones y adiestramiento en los negocios, Víctor entra y ve la caja fuerte abierta, pero se hace el que no pasa nada.
Algo pasa en la casa de los Garza pues nadie tiene señal en los teléfonos, así que a Dora se le ocurre usar el teléfono normal el cual, obvio, está intervenido.
Edna, la procuradora, mandó intervenir los teléfonos y, para la mala suerte de Miguel, escucha a Dora hablar con su socio en Ciudad Jiménez y comentan acerca de las rutas de tráfico y de la situación de Epigmenio. Ahora sí están en graves problemas.
No te la pierdas.
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Crédito: Las Estrellas